Ya se me hacía extraño que no tomes la llamada y me digas que no podías hablar, que mejor escriba. Claro, escribir es lo que sé hacer, pero irónicamente en esa última comunicación he sido yo quien ha dejado mensajes de voz y quien escribía has sido tú. Era un tema de negocios y yo he pensado, seguro está en una reunión, que siempre anda en movidas, en especial ahora que ha crecido el estudio. No he vuelto a llamar o escribir porque resolvimos el asunto gracias a tu consejo y yo, claro, en onda ejecutivo, dije a por lo siguiente, así que quedamos para avanzar con otras cosas que ya veníamos hablando. De hecho ya estaba en ello y tenía en mi sección mental de actividades que ejecutar en un futuro cercano el avisarte de eso y otra movida en la que estoy, que te había comentado también.
Ha llegado este COVID para darnos muchas lecciones, además de poner todo de patas arriba. Que no nos podemos mover y que tal y cuál. Alguien me ha dicho, antes de que empiece este encierro, que es mejor estar en el lugar que uno siente que es su casa al saber que estoy aquí, donde quiero estar y donde hago lo que me aconsejaste cuando ambos aprendíamos de cada uno sobre esta movida de hacer empresa: que me dedique a lo mío, a programar. Por esto, te ha gustado la idea de que me vaya a estudiar ciencias de la computación, aunque pareciese una irresponsabilidad el dejar la empresa que había iniciado; y me apoyabas cuando volvía a mi ciudad para andar de hotel en hotel, como si no fuese la mía. Ambos sabíamos que no era para buscarme un futuro laboral. De hecho, has sido una de las pocas personas que jamas me ha sugerido eso, me vaya como me fuese financieramente.
Este eras tú, un amigo que no dejaba pasar tocar el aspecto personal, así la reunión, llamada o situación haya sido por el motivo que sea. Alguien que apoyaba a sus amigos en sus movidas, convocando a otras personas a las que uno solo no habría podido hacerlo y poniendo siempre la buena onda para que aquello crezca, así seamos cuatro gatos al inicio. Alguien que conectaba gente y intentaba siempre apoyar desde su posición a lo que hiciese falta en diferentes ámbitos sociales. Así ha sido como empezamos a pulular Café Z con nuestras portátiles para trabajar en nuestras movidas, tú “Tejiendo redes” y yo a punto de empezar a perder dinero con la idea de ser empresario, a la vez que intentaba descifrar alguna clave WiFi. Fíjate que nunca has dejado de hacerlo y lo que has logrado ha sido eso con el estudio, crear tu propia red en lugar de ser adquirido por alguna marca internacional, y solo a algunos metros de este café que ya no está más.
No sé si alguien leerá esto. No sé si alguien escribe blogs este 2020, de hecho. Me ha animado a escribir por ser lo que corresponde y porque sé que a mucha gente que te ha conocido esto les ha tomado por sorpresa y no hemos podido despedirnos por este virus de marras, y no sabemos qué más vendrá. Lo importante es que mucha gente dará fé de lo que digo y más. Por esto tengo la certeza de que aunque tus niños hoy son pequeños estarán orgullosos de su padre, porque la esencia y el legado de las personas como tú has sido permanecen.
Gracias por apoyarme en mis movidas y confiar en mi, tanto a nivel personal como profesional. Por hacerme ver que, aunque uno no lo note, también puede enseñar cosas útiles que te han servido. Por últimamente reñirme por llevarlos a comer a lugares “fichos” donde “sirven poco” y no a Don Mario, que sirve bien, jaja. En fin, cuantas cosas compadre. Creo que este episodio también es otra lección de la vida y recibo el mensaje.